¿Como aprendemos las personas?

Queremos compartir hoy, un fragmento de un artículo escrito por Javier Martínez, experto en gestión del conocimiento, en el que nos presenta una perspectiva interesante en relación a cómo aprendemos:

“Si para aprender hay que almacenar en la memoria nuestra experiencia ¿cómo almacenamos esa experiencia? Las personas aprendemos haciendo (escuchar o leer no es suficiente, por más que el colegio y la universidad nos lo hayan hecho creer). Cada vez que vamos a hacer algo, nos fijamos un objetivo (que genera expectativas) y desarrollamos un plan para alcanzarlo (predicción).

A continuación, actuamos para conseguir el objetivo, es decir hacemos. Cuando nos equivocamos en el intento de alcanzar el objetivo (ruptura de expectativas) se abre la ventana del aprendizaje: nos preguntamos por qué fallamos (reflexión/explicación), procedemos a corregir nuestra teoría y almacenamos la experiencia en la memoria para poder reutilizarla la siguiente vez que enfrentemos la misma situación o una parecida.

Aprender exige reflexionar y también recordar (si olvidas lo que aprendiste, entonces nunca lo aprendiste).

¿Dónde almacenamos las personas lo que aprendemos? Este proceso ocurre de manera automática en un músculo, que todos tenemos, especialmente diseñado para aprender llamado cerebro. Esto significa que las personas somos propietarias de lo que aprendemos y ese conocimiento nunca lo perdemos (tus neuronas no se marchan de tu cabeza) a no ser que tengas un accidente cerebral. El cerebro es el único órgano sin el que no podemos vivir y que tampoco es factible trasplantar.

Se sabe poco de cómo funciona el proceso y por qué sucede de esa manera, pero se ha comprobado que la capacidad de aprender no depende de la cantidad de neuronas o el tamaño del cerebro, sino de la riqueza y diversidad molecular de las sinapsis (conexiones entre neuronas). No basta con tener millones de neuronas (o muchos individuos en una empresa) si no se asocian. La calidad de las sinapsis influye más que la cantidad en la capacidad de aprendizaje. Y sabemos también que un adulto prácticamente no crea neuronas nuevas. La muerte programada de neuronas que se inicia con el envejecimiento destruye unas 10.000 neuronas al día (una persona que llegue a vivir 100 años habrá perdido el 0,25% de sus neuronas).

La buena noticia es que esa pérdida no afecta el desempeño porque la neuroplasticidad permite que las neuronas que sobreviven se adapten, aumenten sus conexiones permitiendo que las funciones se cumplan perfectamente. El aprendizaje puede ocurrir bien por nuestra intención de aprender aquello que nos interesa o que necesitamos, pero también es el resultado de una actitud de permanente curiosidad, de estar atento a detectar oportunidades y capturar todas aquellas “anomalías” susceptibles de convertirse en innovación.”

El texto anterior, nos presenta una perspectiva que nos permite reconocer algunas de las razones por las que las cosas que aprendemos en los Seminarios Insight suelen convertirse en aprendizajes significativos, que no se olvidan.

Una de ellas es su carácter vivencial, por el cual tienes la posibilidad de crear experiencias que se queden contigo, los espacios para reflexionar para fijar esos conocimientos que consideres significativos para ti y finalmente la posibilidad de crear nuestras estrategias para afrontar situaciones de la vida.

Todos podemos aprender, no importan nuestra edad. Solo necesitamos mantenernos abiertos a hacerlo. Practiquemos reflexionar ¿Que te gustaría aprender hoy?   ¿Cómo puedes apoyar a las personas de tu entorno: hijos, compañeros a que aprendan mejor?

Texto Original:
Javier Martinez / Newsletter: E D I C I Ó N – N ° 1 5 3 – D I C I E M B R E – 2 0 1 8

© 2015 Seminarios Insight Todos los Derechos Reservados
Arriba